La Línea 11 del Metro de Madrid: los avances de octubre de 2025 en el gran eje transversal del futuro

 

La ampliación de la Línea 11 del Metro de Madrid sigue avanzando a buen ritmo durante el mes de octubre de 2025, consolidándose como uno de los proyectos más ambiciosos del transporte público madrileño en las últimas décadas. Esta línea, conocida como el futuro gran eje norte-sur de la capital, aspira a conectar barrios y zonas que hasta ahora carecían de una conexión directa en metro, desde Cuatro Vientos hasta Valdebebas. Pero más allá de los planos y las cifras, octubre está siendo un mes clave: las obras comienzan a mostrar resultados tangibles, con hitos alcanzados en varios puntos y con la maquinaria pesada lista para entrar en su fase más decisiva.

Durante las últimas semanas, el foco de la actividad se ha centrado especialmente en el tramo que une Plaza Elíptica con Conde de Casal, el más avanzado de todos. Este tramo, de unos 6,6 kilómetros de longitud, incluye la construcción de nuevas estaciones como Comillas, Madrid Río y Conde de Casal, además de una remodelación integral de los espacios urbanos afectados. Según los datos actualizados del Consorcio Regional de Transportes, la inversión global supera los 500 millones de euros, y los trabajos ya se encuentran en torno al 45 % de ejecución. La meta oficial es que los túneles y estructuras principales estén listos hacia la primavera de 2026, con la inauguración prevista para el año 2027 si no se producen retrasos significativos.

Uno de los puntos más visibles y simbólicos del avance es la futura estación de Madrid Río, donde las obras ya han alcanzado el ecuador. En esta zona, los trabajos se desarrollan a una profundidad que oscila entre los 20 y 24 metros, y las estructuras principales de la caja de estación ya están levantadas. El entorno, que combina zonas verdes, áreas de paseo y espacios culturales, está siendo cuidadosamente remodelado para integrarse con la ampliación. El nuevo diseño del parque Madrid Río que se está ejecutando simultáneamente ocupará más de 14.000 metros cuadrados, con nuevas zonas ajardinadas, áreas de juegos infantiles, fuentes decorativas e incluso un barco pirata como elemento lúdico central. Esta integración entre infraestructura y paisaje urbano pretende que el resultado no sea sólo una estación más, sino un nuevo punto de encuentro para los madrileños.



Otro de los grandes protagonistas del mes de octubre es la tuneladora “Mayrit”, la enorme máquina de casi 100 metros de largo y 1.500 toneladas que se encargará de excavar los nuevos túneles de la línea. Procedente de Alemania, su ensamblaje comenzará en noviembre en el pozo de ataque de la estación de Comillas. Se espera que esta tuneladora pueda avanzar a una velocidad de unos 15 metros por día, lo que permitirá acelerar de forma notable el ritmo de las obras. Su nombre, “Mayrit”, no es casual: es un homenaje al nombre árabe original de Madrid, y simboliza la conexión entre el pasado histórico y la ciudad moderna que se está construyendo bajo tierra.

Mientras tanto, en la estación de Comillas, las obras también progresan con fuerza. Durante octubre se ha completado la instalación de casi todas las pantallas de protección que rodean la zona de excavación, lo que ha permitido minimizar el impacto acústico y visual sobre los vecinos. Los equipos de ingeniería ya han comenzado a preparar los pilotes de gran profundidad algunos de más de 50 metros que sostendrán la futura losa de la estación. En paralelo, se están desarrollando trabajos de extracción vertical de tierras, un sistema que sustituye a las tradicionales rampas en superficie y que permite reducir notablemente las molestias al tráfico y al entorno urbano.


El avance de la Línea 11 no se mide únicamente en metros excavados, sino también en su impacto urbano. Las obras están transformando el paisaje de varias zonas del sur de Madrid, desde Usera hasta Arganzuela, y se acompañan de un plan de renovación urbana que incluye la mejora de parques, aceras y zonas peatonales. Los vecinos, tras meses de ruidos y desvíos, comienzan a ver cómo la infraestructura empieza a tomar forma real, con estructuras visibles y zonas que recuperan su aspecto original, aunque todavía falten muchos meses de trabajo. Además, los responsables del proyecto han insistido en que la sostenibilidad es un pilar fundamental: la nueva L11 incorporará iluminación LED, sistemas de ventilación de bajo consumo, gestión eficiente de aguas y materiales reciclables en las estaciones. Las obras también han sacado a la luz interesantes hallazgos arqueológicos, especialmente en la zona cercana a Delicias, donde se encontraron restos del antiguo canal que en el siglo XVIII conectaba Madrid con Aranjuez. Estos descubrimientos, aunque han ralentizado algunos tramos, se están documentando cuidadosamente y se prevé su exposición en una de las futuras estaciones, reforzando la conexión entre la infraestructura moderna y la historia subterránea de la capital.



No obstante, los retos persisten. Las obras en superficie siguen afectando al tráfico y a algunos negocios de la zona, y aunque se han instalado pantallas acústicas y pasos provisionales, el malestar vecinal aún se deja sentir. Desde el Ayuntamiento se han habilitado canales de comunicación y ayudas específicas para los comerciantes afectados, además de reuniones periódicas con las asociaciones vecinales para mantenerles informados de los avances y los próximos hitos.

De cara a los próximos meses, se espera que noviembre sea el punto de inflexión definitivo con la entrada en funcionamiento de la tuneladora “Mayrit”. Una vez inicie su recorrido, excavará el túnel que conectará Comillas con Plaza Elíptica, uno de los tramos más complejos debido a la densidad del terreno y la presencia de servicios subterráneos. También se prevé continuar con el revestimiento de los túneles ya excavados y la instalación de las primeras conducciones eléctricas y sistemas de drenaje. Si todo sigue el calendario previsto, a comienzos de 2026 la estructura principal de la línea entre Plaza Elíptica y Conde de Casal estará completamente terminada.

La ampliación de la Línea 11 no es solo una obra de ingeniería; es una transformación urbana que reconfigurará el transporte de toda la capital. Cuando esté terminada, permitirá conectar directamente barrios como Carabanchel, Arganzuela, Retiro o Valdebebas, reduciendo el número de transbordos y aliviando la saturación en líneas como la 6 o la 10. A largo plazo, la L11 será un verdadero eje estructural del metro madrileño, uniendo el suroeste con el noreste en un trazado que cambiará la forma de moverse por la ciudad.



En octubre de 2025, los avances ya se sienten, los planos empiezan a materializarse bajo tierra y el ruido de las máquinas en Comillas o Madrid Río se convierte en el sonido del progreso. Madrid está construyendo su futuro metro, y la Línea 11 será el testigo perfecto de cómo la ciudad continúa expandiéndose, evolucionando y adaptándose a las necesidades de sus habitantes.

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