La Línea 5 discurría, cuando se construyó esta nueva estación, entre Aluche y Canillejas, constituyendo un importante eje de comunicación entre las zonas suroeste y nordeste de Madrid.
La nueva estación de Eugenia de Montijo se ubica en el tramo entre las estaciones de Aluche y Carabanchel. La longitud de dicho tramo era mayor a la media, 1.484 metros, por lo que fue posible construir una estación nueva. Se sitúa en la zona suroeste de Madrid, creándose una parada intermedia entre los distritos de Latina y Carabanchel.
Para hacer posible la inserción de una estación hubo que variar la rasante del túnel. Tradicionalmente las estaciones eran las que se adaptaban al trazado del túnel, tomando incluso geometrías curvas si era necesario. En los últimos periodos de ampliación de la red el diseño de las estaciones se tiene presente desde las fases iniciales junto con el túnel y se proyectan juntos.
En este caso había que situar la estación en un trazado preexistente. Se ubicó junto al inicio del túnel que conecta con Carabanchel. En la zona del túnel a cielo abierto se intercaló un tramo recto y horizontal, para ubicar la estación, de 90 metros de longitud.
El nuevo tramo mantiene la misma situación en planta, variando su pendiente, que se rebajó en cota en algunos puntos hasta 3,80 metros. Para hacer posible esto hubo que variar un tramo de 500 metros en dirección Aluche.
Una vez preparado el tramo se procedió a la construcción de la estación, realizándose a cielo abierto.
Su construcción entre pantallas de pilotes tuvo que realizarse extremando las precauciones ya que los edificios colindantes presentaban patologías que podían ocasionar daños en los mismos.
Antes de acometer las excavaciones se ejecutó la estructura, formada por una losa, compuesta por vigas de hormigón prefabricadas, que actuó como puntal en cabeza para la entibación de los pilotes por todo el perímetro. Una vez resuelta la estructura se procedió a la excavación de taludes y al rebaje de la contrabóveda. Tras esto se procedió a cerrar la estación en superficie mediante la ejecución de un vestíbulo de acero y cristal. Durante los meses de Julio y Agosto de 1999 la circulación por este tramo de la Línea 5 fue interrumpida dándose un servicio de autobuses en sustitución.
Se trata de una estación adintelada y espaciosa. Su principal característica es que se sitúa a nivel de calle, por lo que se accede directamente al vestíbulo, además los cerramientos verticales son transparentes, permitiendo la entrada de una gran cantidad de luz natural desde el exterior.
Está estructurada en dos niveles, el del vestíbulo ubicado a cota de calle y uno inferior, con un desnivel de 5,4 metros, que corresponde al de los andenes. Posee un diseño ortogonal, es un volumen único y los dos únicos espacios que posee, vestíbulo y andenes, son amplios, diáfanos y visibles entre sí.
Las nuevas estaciones tienden a ser cada vez más superficiales, aunque es muy extraño encontrar en la red de Metro una estación exterior, para evitar su repercusión en superficie.
Sin embargo, en este caso, ha sido posible ubicarla a nivel de calle ya que se encuentra situada en una zona ajardinada. Su ubicación en el exterior favorece su accesibilidad, ya que no hay que salvar ningún desnivel para acceder al vestíbulo.
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