El Nacimiento del Consorcio de Transportes de Madrid
En mayo de 1985, se aprueba la Ley de Creación del Consorcio Regional de Transportes de Madrid (CRTM) por la Asamblea de Madrid. Este edificio estaba ubicado por aquel entonces en la antigua Universidad Central en calle de San Bernardo (Noviciado). Hasta finales de año se va perfilando la estructura orgánica y funcional del nuevo organismo hasta la celebración de la primera reunión del Consejo de Administración del CRTM, el 16 de diciembre de 1985.
Desde su creación en 1985, a los años siguientes en 1987 comenzaria su desarroyo para realizar un primer estudio de Normas y diseñar la imagen corporativa de la empresa.
Como bien se sabe, el Consorcio de Transportes de Madrid (CRTM) es un organismo que nace en los años 80 para gestionar coordinadamente todo el transporte público de la Comunidad de Madrid, que hasta entonces iba un poco a su bola sin integrarse en manos de ayuntamientos, empresas, Estado.
Imagen recogida de los elemento basicos de la Identidad del Crtm 1987
El Consorcio Regional de Transportes de Madrid (CRTM) creado mediante Ley
5/1985, de 16 de mayo, se configuró como el organismo superior de coordinación
y planificación de actividades de transporte público dentro de la Comunidad
Autónoma de Madrid. Como consecuencia, y en particular por las competencias
atribuidas en materia tarifaria y de planificación de determinadas infraestructuras
de transporte, la acción de este organismo se dirigía a un público usuario habitual
del transporte que en la actualidad supera los cinco millones de viajes diarios, y un
público eventual o potencial que alcanza, en realidad, a toda la población que reside
en la Comunidad de Madrid (más de seis millones de personas) y los visitantes.
La actuación del CRTM de cara a favorecer los canales de comunicación con los
viajeros de los diversos modos de transporte ha precisado, desde su creación en
1986, de una identidad corporativa y una imagen visual con personalidad propia y
reconocible por los ciudadanos, aunque siempre dentro de los parámetros definidos
por la Comunidad de Madrid.
La premisa básica era que el viajero identificara con facilidad al organismo gestor
del transporte público y que, a la vez, se lograra normalizar y hacer comprensible
la compleja realidad de la información sobre el sistema de transporte. El CRTM se
enfrentó en el momento de su creación con importantes problemas de identificación
y de normalización de los diversos soportes informativos existentes en aquella
época. En líneas generales y desde la perspectiva actual se puede considerar que
este primer e importante objetivo de normalización fue cumplido.
Imagen recogida de las pruebas de la tipografia que se usaria en la Imagen Corporativa
En el año 1984, antes de la redacción de la ley fundacional del CRTM, ya se plantea
en las reuniones de coordinación y en los estudios técnicos la necesidad de definir
de manera clara todo lo referente a imagen, comunicación y prensa del nuevo
organismo coordinador de transportes. Esta relevancia se plasma en los primeros
organigramas de la empresa donde siempre se contempla la existencia de un
Gabinete de Comunicación y Prensa.
En 1986, una vez creado por ley el CRTM, se edita el “Manual de Normas de
Identidad Corporativa” que pretende ser el instrumento preciso y de referencia
para el desarrollo y aplicación del Programa de Identidad Corporativa (PIC) de
la empresa. Dicho manual constaba de un conjunto de normas prácticas que,
apoyándose en una serie de elementos básicos de identidad, estructuraba sus
relaciones normalizando su aplicación en una gran diversidad de canales de
comunicación y de todo tipo de soportes físicos como oficinas, papelería o incluso
vehículos.
Diseño del logo en diferentes tipos de colores del Crtm
La definición y estructura del primer manual de Identidad corporativa del CRTM
hay que entenderla en el contexto de mediados de los años ochenta del siglo XX,
un momento de ebullición social en el que el diseño gráfico y, en general, las artes
aplicadas viven también en ese caldo de cultivo creativo. Apenas tres años antes, en
1983, se había aprobado el Estatuto de Autonomía de la Comunidad de Madrid y los
ciudadanos empezaban a convivir y a identificarse con nuevos símbolos y con una
nueva estructura política descentralizada. En este contexto la cultura popular acuña
fenómenos tan reconocibles en la actualidad como la “movida madrileña” conocida
sobre todo por las manifestaciones musicales, pero con hitos muy notables en el
resto de las artes plásticas y en la literatura.
A mediados de los ochenta muchas grandes empresas del sector público y privado
(Telefónica, Renfe, Correos, Paradores) hacen un esfuerzo notable de modernización
tanto en los servicios y prestaciones a sus clientes como en lo referente a su propia
imagen e identidad corporativa. Esto es germen y a la vez preludio de los grandes
acontecimientos celebrados en España en la década posterior y en los que el diseño y
la imagen jugaron un papel primordial: Expo 92 y Juegos Olímpicos de Barcelona 92.
En este dinámico y apasionante momento social se redacta el Manual de Identidad
Corporativa del CRTM, un minucioso trabajo elaborado por el estudio de diseño
gráfico del reconocido diseñador Alberto Corazón.
Mas cosas del diseño del Crtm en 1987
Aspectos principales que cubría el Manual de Normas
de Identidad Corporativa del CRTM de 1986:
1 Logotipo-marca del CRTM. Colores y tipografías corporativas.
2 Papelería e impresos para el propio organismo.
3 Publicaciones informativas, técnicas y divulgativas. Normas de edición de las mismas.
4 Señalización de instalaciones (postes y marquesinas) y de los vehículos de las
operadoras de transporte.
5 Abono Transporte. Con sus dos elementos básicos por aquel entonces como la
tarjeta física y el cupón magnético renovable por un periodo temporal.
6 Régimen interior del Consorcio. Señalización del recinto de la oficina, posible
uniformidad de los trabajadores e identidad de los vehículos de empresa.
7 Anuncios y comunicaciones en prensa y material promocional. Esto último es de
gran importancia para un organismo de nueva creación.
Como testimonio de la relevancia que este tema tenía entre los técnicos que fundaron
el CRTM cabe destacar este párrafo que aparece en la introducción del manual de
identidad corporativa de 1985:
“En una sociedad moderna en que la imagen y los símbolos juegan un papel predominante
en la comunicación, el rigor formal y la claridad expositiva deben presidir todas las
informaciones y comunicaciones de las Instituciones Públicas. Por ello, la aplicación
rigurosa de este Programa de Identidad Corporativa se plantea, desde el Consorcio,
como una más de las obligaciones que se deben a todos los ciudadanos”.
Cabe reseñar que el CRTM es un organismo creado gracias a un amplio consenso
entre partidos políticos, organizaciones sindicales, ayuntamientos y empresas
operadoras y que ese consenso se ha mantenido a lo largo de los años.
Diseño planos de las paradas de bus del Crtm en 1987
Mas diseños planos de las paradas de bus del Crtm en 1987
Resultado final del diseño de las paradas de bus Crtm en 1987
El Diseño de la imagen corporativa en los buses fotos
El encargo para la elaboración del nuevo manual de identidad corporativa (IC)
se planteó como la respuesta a la necesidad de definir una unidad operativa, el
Consorcio, en el conjunto de los servicios de transportes de la Comunidad y sin
perder de vista el importante papel que tenían instituciones como el Ayuntamiento
de Madrid en la planificación y explotación de la red de transporte. Se puede decir
que en aquel momento y en paralelo a la resolución de problemas técnicos o de
diseño, había también que lidiar con no pocas tensiones de índole administrativa e
institucional resueltas con diálogo y consenso.
Para construir una imagen potente y reconocible, que se basara en los vectores de
competencia institucional y de ámbito geográfico citados con anterioridad, se decidió
partir de tres elementos ya consolidados e institucionalizados por aquel entonces desde
el gobierno de la Comunidad de Madrid
Para construir una imagen potente y reconocible, que se basara en los vectores de
competencia institucional y de ámbito geográfico citados con anterioridad, se decidió
partir de tres elementos ya consolidados e institucionalizados por aquel entonces desde
el gobierno de la Comunidad de Madrid:
1. La bandera de la Comunidad, como referencia emblemática y desarrollando toda
su eficacia visual sobre la iconocidad de las siete estrellas de cinco puntas.
2. La tipografía específica de la construcción del nombre/marca de la propia
Comunidad de Madrid que por entonces era la letra Rockwell.
3. El color rojo emblemático de la Comunidad y, a su vez, característico asimismo
de los transportes colectivos en Madrid.
No hay que olvidar que en ese momento (1986) la red de autobuses urbanos de
la EMT de Madrid estaba operada por vehículos pintados de color rojo, así como
muchos coches de los llamados “clásicos” de metro o las líneas urbanas de otros
municipios como Alcalá de Henares. Como en tantas otras cosas los referentes de
imagen venían de fuera de nuestro país y en este sentido flotas tan emblemáticas
de autobús como la de Londres ejercían su poderosa influencia.
Las necesidades de formalización administrativa impusieron, como denominación
original del organismo la de Consorcio Regional de Transportes de la Comunidad
de Madrid (Ley 5/1985, Exposición de Motivos, punto VII).
El primer problema aparece
en el momento en el que un nombre con esta longitud se hacía de uso impracticable
en el día a día debido a su extensión y tampoco aconsejable, por la estela de
connotaciones administrativo/burocráticas que arrastraba. Coloquialmente se
podría decir que era un nombre “aburrido” y poco funcional.
Como primera solución se llegó a la conclusión tanto la palabra “Regional” como la
explicitación fonética de su pertenencia a la Comunidad, podían evitarse al tener la
referencia icónica de la bandera regional, del color rojo y de la palabra Madrid. De esta
manera “Consorcio de Transportes de Madrid” era una denominación que reflejaba
perfectamente el área funcional y la adscripción institucional del organismo.
Esta solución fue testeada a través de unas reuniones de grupos de técnicos que,
afortunadamente, aceptaron sin ninguna duda la opción de reducir el nombre
del organismo, sugiriendo, en algunos casos, que el término “Consorcio”, por su
ambigüedad de contenido, podría también ser evitado ya que “Consorcio”, hace
alusión tan solo a una estructura jurídica y de ningún modo al área específica de los
transportes. Finalmente se decidió mantener una doble construcción del nombre.
A lo largo de más de 35 años las soluciones y aplicaciones presentes en el manual de IC se han llevado a cabo de manera generalizada sobre todo en aspectos vinculados con los vehículos de líneas interurbanas, los postes indicadores de las paradas de autobús y las icónicas marquesinas rojas que han sido instaladas a lo largo y ancho de nuestra geografía regional.
En cuanto al Abono Transporte, toda la comunicación, diseño e implantación del
mismo y de sus diversos tipos también fueron llevadas a cabo con una escrupulosa
aplicación de la normativa hasta el punto de ser otro de los elementos más
reconocibles del CRTM en el imaginario colectivo.
Menos fácil ha sido en estos años la aplicación de iconografía del CRTM en vehículos
de otras operadoras públicas de transporte, sobre todo Metro, EMT de Madrid y
Cercanías, empresas muy celosas de su propia imagen y de aspectos corporativos
que tienen más que ver con su adscripción administrativa, territorial o incluso política.
Para muchos expertos en comunicación y diseño la verdadera aplicación,
diseminación y consolidación de la imagen corporativa del CRTM en estos años
se ha llevado a cabo entre las operadoras de transporte interurbano. Sus flotas de
autobús cumplen escrupulosamente con las normas de IC, estando pintados sus
vehículos desde hace más de tres décadas con el característico carrozado “verde
Consorcio”. También es más que evidente la notable implantación de la IC en el
plan de señalización de paradas y marquesinas de la Comunidad de Madrid y en la
implantación y comercialización del Abono Transporte.
Diseño del bono transporte:
Diseños del billete del Crtm en 1987
Diseños del billtete del Crtm en 1987
Con el paso de los años la creación y desarrollo de la red de intercambiadores de transporte como importante infraestructura de intercambio modal también se ha convertido en una representación icónica muy importante de los valores del CRTM, hasta el punto de servir como modelo para su implantación en otros países del mundo.
Mas diseños del Crtm en 1987
Otros tipos de diseños del billtete del Crtm en 1987
De esta manera, el “Manual
para la Normalización del uso de colores y simbología de información de transporte
público de la Comunidad de Madrid” se convierte en un referente, más con carácter
descriptivo que con intenciones impositivas puesto que las competencias del CRTM
para intervenir en la imagen de los operadores son muy limitadas.
Este documento pone sobre la mesa aspectos básicos, pero a la vez imprescindibles
de la propia imagen del CRTM, un catálogo de pictogramas modales normalizados
así como una completa paleta de la simbología en planos y esquemas de redes.
El texto aborda también la descripción de los elementos iconográficos del Abono
Transporte, con la peculiaridad de que en aquel momento la mayor parte de la
billética y, por tanto, de los abonos, eran aún de tecnología analógica-magnética. El
diseño de los abonos, los colores de las tarjetas e incluso el color de los cupones
magnéticos o de las zonas tarifarias que tenían.
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