Cuatro Caminos forma parte del primer tramo de ocho estaciones que abrió sus puertas al público durante la inauguración de Metro en el año 1919. Un siglo después, sigue siendo una de las estaciones más importantes de la red del suburbano madrileño. Además, ostenta un curioso récord, ya que se trata también de la más profunda. En concreto, los andenes de la línea 6 se encuentran a unos 45 metros de profundidad, lo que equivaldría a la altura de un edificio de quince pisos. Sin embargo, no hay problema a la hora de llegar a la superficie, ya que es una estación completamente accesible, dotada tanto de escaleras mecánicas como de ascensores.
Al margen de curiosidades como esta, podemos afirmar que Cuatro Caminos está llena de vida. Cada día, pasan por sus andenes, pasillos y vestíbulos casi 80.000 personas, que se dirigen a las líneas 1, 2 o 6 para realizar sus desplazamientos. Además, tras un proceso de modernización y mejora que culminó en 2022, se han renovado sus instalaciones. Se han cambiado los revestimientos, se ha aumentado el número de interfonos y se ha mejorado tanto la megafonía como la cartelería digital. Todo para facilitar y hacer más cómodos los viajes de los usuarios.
Cuando Metro de Madrid rasca sus paredes, pueden aparecer vestigios de otras épocas. El último caso tiene lugar estos días en la estación de Cuatro Caminos, en plena reforma y donde en sus andenes se pueden volver a ver carteles publicitarios de hace varias décadas, ocultos hasta ahora detrás de los paneles que han sido desmontados para su renovación.
Los anuncios corresponden a los que se quedaron en sus paneles durante la anterior reforma de este espacio, sobre ellos fueron colocadas las estructuras que soportaban los actuales paneles, y corresponden a promociones de parques acuáticos, rebajas en las extintas Galerías Preciados e incluso anuncios de bebidas alcohólicas, algo que está prohibido en la actualidad.
La aparición de los carteles antiguos recuerda a los que surgieron en la estación de Bilbao en su reforma del año 2015, cuando quedaron a la luz anuncios de películas, campañas de refrescos o propaganda de centros comerciales.
Metro de Madrid nunca ha prestado especial interés a la recuperación de esta cartelería clásica. Sí que lo ha hecho a la hora de conservar anuncios más antiguos facturados en azulejos, como los que adornan el museo de la Estación de Chamberí o el que recuperó hace unos meses sobre seguros y reparación de radios en la Estación de Bilbao tambien.
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